Instrucciones:
1. En una sartén, derrite la mantequilla a fuego medio. Agrega la cebolla y el ajo picados y cocínalos hasta que estén tiernos y translúcidos.
2. Agrega el jamón picado a la sartén y cocínalo durante unos minutos para que se dore ligeramente.
3. Añade la harina a la sartén y mézclala bien con la mantequilla y el jamón. Cocina la mezcla durante 1-2 minutos para que la harina se cocine ligeramente.
4. Poco a poco, vierte la leche en la sartén mientras revuelves constantemente para evitar la formación de grumos. Continúa cocinando la mezcla hasta que espese y se forme una masa suave.
5. Agrega el queso rallado a la masa y mezcla hasta que se derrita y se incorpore por completo. Condimenta la mezcla con sal, pimienta negra y nuez moscada al gusto. Ten en cuenta que el jamón y el queso ya aportan sal, así que añade sal con precaución.
6. Transfiere la masa a un recipiente o plato llano y extiéndela para que se enfríe más rápido. Luego, cubre con papel film y refrigera durante al menos 2 horas, o hasta que la masa esté bien fría y firme.
